A pesar de las dificultades con que se pueden encontrar, los esposos están llamados a vivir siempre su amor, con confianza y esperanza. La gracia de Dios les ayuda en este camino de amor y de servicio.
El amor de Cristo a la Iglesia sirve de referencia al amor de los esposos; la relación deamor Cristo-Iglesia aparece como punto de comparación y como fundamento de la relación de amor hombre-mujer; el amor de Cristo se revive en el matrimonio, se revive la alianza de Dios, la Nueva Alianza: el amor en el matrimonio es reflejo y signo del amor de Dios:
Cristo, el Señor, bendijo con abundancia este multiforme afecto nacido de la fuente de la caridad divina y establecido a imagen de su unión con la Iglesia. Pues así como, en otro tiempo, Dios se hizo presente a su pueblo mediante un pacto de amor y de fidelidad, también ahora el Salvador de los hombres y Esposo de la Iglesia viene a hacerse presente a los esposos por medio del sacramento del matrimonio. Y se está con ellos de manera que, así como El ama a la Iglesia y se dió por ella, de igual manera los esposos, por la mutua donación, se han de amar el uno al otro con fidelidad perpetua. El auténtico amor conyugal es integrado en el amor divino y es gobernado y enriquecido por la virtud redetora de Cristo y por la actuación salvífica de la Iglesia (GS 48).
Los esposos cristianos se han de sostener mutuamente en la gracia, a lo largo de toda la vida, fieles en el amor (LG 41).
Tesina de Licenciatura
Director: Mn. Joan Torra Bitlloch
Alumna: Montserrat Martínez Deschamps
Instituto Superior de Ciencias Religiosas de Barcelona
Barcelona, 2005