SERVICIO AL ALTAR

sábado, 26 de junio de 2010

Francisco José García-Roca López


Extraido del testimnio de Francisco José.


La época en la que ayudaba en el turno de nocturno, era cuando no existía medicación efectiva para esta enfermedad y rara era la noche en que no se moría algún enfermo, alguno incluso en mis brazos.

En la Casa del Sida compartí noche con un sacerdote, el Padre Enrique, que se metía en la capilla y le veíamos que dormía dos horas sentado, pasando el resto de la noche rezando y atendiendo a los enfermos. Desde entonces mi mujer, que entonces era mi novia, y yo quedamos con él para recibir dirección espiritual. Este verano viajamos toda la familia como voluntarios a Tánger. ¡Imaginaos a mi hija Inmaculada de tres años de voluntaria con los pobres!